Porque sí, porque la vida lo quiso, soy así. Apasionada y dulce, analítica, pragmática. Acepto la realidad, no me engaño más. Ya me engané, ya me engañaron. Lo lamento, por ellos, no por mi. El dolor, como el sol, madura, forma. y por eso, porque sí... Soy asì.

jueves, 24 de junio de 2010

Te invito a jugar conmigo

ACLARACION

El tema de la entrada es un recurso para que juguemos,

pero no es el juego en sí.

- o -

TE INVITO A JUGAR CONMIGO

Para ello tenés que leer la entrada llamada "Y se murió El Potro" , que se encuentra antes de esta invitación..

Este relato tiene una caracterísca que lo hace diferente y es la que deberás descubrir.
Si lo haces, envía un mail con la respuesta a
rorrybbb@yahoo.com.ar, con el asunto: Respuesta (ésto lo hago para que los que lleguen últimos no se copien de quien encuentre la respuesta)
El miércoles 30 de junio, daré a conocer la lista de quienes participarony dejaré en mi blog un regalo para todos los participantes y un premio para los ganadores.

Espero que te resulte interesante la propuesta y participes.

Rorry, la Charo

Y se murió El Potro

Este post fué objeto de un Juego Literario declarado desierto.
Para quienes sientan curiosidad les doy la solución
Está escrito sin usar la letra "A"

(Imagen de la web)
En el 10º aniversario de la muerte del cantante
Rodrigo Bueno, El Potro

Noche de invierno. El frío se siente en los huesos. Todos duermen menos Pedro. En el oscuro dormitorio sólo se oye el monótono sonsonete del locutor de F.M.


De repente el tono quedo se convierte en un histérico chillido. No entiende... ¿Escuchó bien? No lo puede creer. ¡Pero es cierto! Lo dicen de nuevo: Con dolor reitero que el coche chocó y luego del vuelco el cuerpo el conocido intérprete quedó en el suelo. El forense confirmó que su muerte ocurrió en ese momento.


Sorprendido por el hecho, Pedro gritó - ¡Despierten! ¡ Despierten!! ¡Se murió! Cholo, Pepe, Loco,se murió! ...


-¡Quién murió?- preguntó Pepe, medio dormido, y el Loco gritó desde el fondo del dormitorio – ¡Quiero dormir, déjense de joder!


-El Potro, Loco... ¡Se nos murió el Potro! Se nos fue de un toque, como vivió. Fue un choque, lo encerró un coche, metió los frenos, pero perdió el control. Dio muchos tumbos y el Potro, sin cinturón, voló y se estrelló en el suelo. Quedó tendido como un muñeco. ¡Pobre tipo!


El Pepe lo interrumpió... ¡Es un cuento! Creo que el porro te dio delirio. Oís un zumbido y crees que es un trueno.
¿Que se murió el Potro? ¡No, si Rodrigo es eterno, el Potro es del Pueblo y no se puede morir!... Su voz se convirtió en un murmullo, y luego se quebró en sollozos.


No es un sueño- ¡Es el Potro!- dijo el Cholo, después de encender el televisor- ¡ Miren, es el!


Y vieron en el receptor, rojo sobre negro, "El Potro se murió","Rodrigo murió", "Se nos fué el Potro".


Pedro miró los letreros, por momentos incomprensibles y pensó en el pequeño hijo del ídolo, ese pobre chiquito,solo e indefenso en un mundo lleno de intereses espurios. Rogó por él – Que Dios le dé consuelo y lo guíe en el futuro. ¡Que su círculo íntimo no se destroce por el interés y el dinero!


¡Se hizo místico el Diego, porque se murió el Rodrigo!- Dijo el Loco y todos rieron. El Cholo buscó el tintillo y lo puso en el medio del grupo. Sirvió y todos bebieron en su honor.


En su honor, dijeron. Pero yo sé que lo hicieron porque corriendo el vino, el miedo se esconde.
Y el miedo se fué. Sólo quedó en ellos el recuerdo de los buenos momentos vividos con quien fué su idolo.

Rorry, la Charo
María del Rosario Márquez Bello
Buenos Aires, 24 de junio de 2010

Derechos Reservados




Rodrigo Alejandro Bueno

(Córdoba, 24 de mayo de 1973 – Hudson, Berazategui, 24 de junio de 2000), conocido bajo el nombre artístico de Rodrigo, fue un cantante argentino de cuarteto.
La primera aparición de Bueno en público fue a los dos años de edad, en un programa de televisión denominado Fiesta del Cuarteto, siendo Juan Carlos "La Mona" Jiménez quien lo subió al escenario.
A los once años de edad tuvo su debut en el medio artístico 96, con el sello discográfico Magenta.
Su despegue definitivo fue con el trabajo Cuarteteando, grabado en Córdoba. Canciones como «Y voló, voló» y «Ocho Cuarenta» fueron los más exitosos del disco.
En 1999 lanzó una recopilación con sus temas más conocidos bajo el título de «El Potro» y ese mismo año también lanzó al mercado otro trabajo grabado en vivo en S'Combro Bailable de José C. Paz, cuyo álbum fue denominado: Cuarteto Característico o también llamado A 2000, que incluía temas como «Yerba Mala», «Soy Cordobés», y «Un largo camino al cielo».
En 2000 llenó trece ocasiones el estadio cubierto Luna Park, lo que se convirtió en un récord. Ese mismo año se encontró con Diego Armando Maradona, uno de sus ídolos, cumpliéndose así uno de sus sueños y dedicándole un tema que fue éxito la cual fue titulada: La mano de Dios.
Muerte
El 23 de junio de 2000, Rodrigo Bueno fue a la grabación del programa de televisión La Biblia y el calefón, y luego se fue a cenar junto con su representante, sus músicos, su pequeño hijo Ramiro y la madre de éste en El Corralón, allí es donde se encuentra con el hijo del fallecido Alberto Olmedo (Fernando) al cual invita a su recital en City Bell en la disco Escándalo. El recital en Escándalo fue grabado por el programa de televisión «El Rayo», siendo el notero Nacho Goano, quien había participado también en la grabación del programa La biblia y el calefón.[2] Luego del recital, Rodrigo se dirigía para Buenos Aires por la ruta Bs As- La Plata. Rodrigo se encontraba conduciendo su Ford Explorer, en la cual viajaban su pequeño hijo Ramiro, la madre de éste y Fernando Olmedo cuando se produce un accidente poco claro en el cual se vio involucrado un individuo, Alfredo Pesquera, (quien luego iría a juicio y sería declarado inocente por la justicia). Como producto de este hecho, Rodrigo Bueno perdió la vida, así como también lo hizo Fernando Olmedo.[3] Los demás acompañantes sobrevivieron. El accidente ocurrió en la madrugada del 24 de junio en Berazategui. Curiosamente, Bueno murió el mismo día que el cantante de Tango Carlos Gardel.


En el lugar de su muerte se realizó un santuario.

lunes, 14 de junio de 2010

De levante - Historias de Bar





Domingo, once de la mañana.
Hora del vermouth en el bar de don Manuel. En el fondo, cerca del sector familias un grupo de jubilados hablando de política. En la mesa junto a la vidriera estaban Cacho y el flaco García. Hablaban, discutían en realidad, como siempre de futbol y, en especial de los equipos de la reserva. Esos que los sábados disputan el ascenso a Primera división. En ese momento llega Mario, se sienta y con aire canchero, dice:
-Che gallego, serví otra ronda. Tenemos que festejar.
-Ufa, Mario, no empecés –dijo el flaco - por una vez que Arsenales mete 3 goles no tenés que hacer tanto aspaviento.
- ¡Qué Arsenales ni Arsenales ! –contestó Mario- Goles, pero goles de verdad son los que anoté anoche. Pensar que el sábado venía mal, Me había fallado la mina con la que iba a encontrarme y no me quedó otra que salir de levante. Me empilché, metí unas gomas en los bolsillos y fui a ver que pasaba en el bailongo de la avenida. No llegué a entrar porque en la confitera de al lado había un minerío infernal. Le eché el ojo a una petisa muy bien armada, con una boca de aquellas. Te estremecías tan sólo de pensar lo que esa boca podría hacer.
Me senté frente de ella y empecé la rutina de galán melancólico. Facha de desgraciado y miraditas lánguidas cada vez que daba una pitada al pucho. Pero era una mina piola, no se iba a regalar. Mirada de acá, sonrisita para allá, lengüita por los labios. ¡La guacha sabía lo que hacía! Ya me tenía volado y ni siquiera habíamos cambiado una palabra. Sonrió y, como sin darse cuenta, dejó caer el bolso que tenía en la falda.
-Ésta es la mía –pensé- y se lo alcancé.
-Gracias, me dijo y así empezó la cosa.
–Venis seguido? –le pregunté
-Esta la segunda vez, ¿y vos?¿Sos habitué?
- Vine a probar. ¿Ay buen ambiente? –le dije--, y me contestó con mirada pícara... Depende para qué...
Me senté a su lado y la convidé con uno de esos tragos que aflojan las piernas y la voluntad. La chamuyé suavecito: Que los ojos, que la boca, que era una diosa total. Le rozaba la pierna como al descuido. Trabajito fino, que le dicen.
-¡Che gallego!…¿Qué hacés?...¿te quedaste dormido? ¿y los platitos de la picada para cuándo?
-¡Que importa la picada ahora, Mario! seguí contando -dijo el flaco mientras se inclinaba, ansioso, apoyando los codos en la mesa.
- Cómo les decía, pobre mina, con el chamuyo y el alcohol ya estaba regalada. La agarré de las manitos y después de un rato de verso, bajó todas las defensas. Una hora después me la llevé al hotel ronroneando como una gata.
Ahí cambió el panorama. Se volvió loca, jugó a la loba y me demostró que no me había equivocado al pensar que se sabía todos los trucos y era capaz de inventar otros sobre la marcha. Era insaciable.
Quedamos para terapia. Antes de abandonar el telo hablamos de encontrarnos en el mismo boliche el sábado próximo, aunque no sé si voy a ir.
-¡Genio! – gritaron los amigotes- ¿Cómo no vas a ir? Si no vas dame el teléfono que la quiero conocer.
No se lo pregunté, así no le daba el mio. La verdad que la mina no daba para otro encuentro –dijo el hombre, mientras canchero se reclinaba en la silla-.
Fue en ese momento cuando sintio, en el bolsillo trasero del pantalón, la presencia acusadora del papel doblado en cuatro y pensó –Mejor es este bolazo y no decirles que cuando me desperté de la curda, ella no estaba.
Que se había dio junto con mi billetera dejando en el cenicero, junto a los forros intactos, una nota que decía:
-Gracias por todo, querido. Sin giles como vos, no sé de que viviría.

Esta historia de boliche, seguro que es repetida,
pero es algo bien seguro que nadie la admitirá.
Rorry, la Charo
María del Rosario Márquez Bello
Buenos Aires, 15 junio de 2010
Derechos Reservados
 
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