Porque sí, porque la vida lo quiso, soy así. Apasionada y dulce, analítica, pragmática. Acepto la realidad, no me engaño más. Ya me engané, ya me engañaron. Lo lamento, por ellos, no por mi. El dolor, como el sol, madura, forma. y por eso, porque sí... Soy asì.

domingo, 4 de octubre de 2009

Canción triste de una madrugada (2º Parte)






Era esa hora de la noche ...







Sadie baja del auto. Por suerte, un cliente la acercó hasta su barrio y no tuvo que pasar frente a las fábricas abandonadas. Es esa hora de la noche en que el cielo toma un color negro dorado y los edificios, por contraste, semejan moles de granito opaco. Algunas estrellas se reflejan en los charcos del pavimento, roto por el paso de los camiones que van hacia los diques.

Por momentos tiene la sensación de que es el único ser vivo del planeta. No brillan como hitos en su camino, las luces del bodegón de la esquina y las ventanas del insomne del tercer piso están cerradas.

Le gusta esta hora, porque le permite descansar del ruido incesante del prostíbulo con la moviola repitiendo sin parar viejas canciones, como si hubiera caído en un bache temporal del que fuera imposible liberarla. El silencio contrasta con el susurro de las mujeres en el rincón de la espera y las risas falsamente alegres de las que quieren complacer a los clientes para llevarlos rápido a los cuartos. La dorada oscuridad por la que transita, es una caricia para sus ojos, después de tantas horas pasadas entre el salón iluminado por luces de neón y las habitaciones, con lámparas rojas o azules que pretenden crear un clima de erotismo e intimidad.

Pensar que en un tiempo creyó que saldría de la miseria trabajando en el burdel. Que en dos o tres años ganaría lo suficiente para comprar un pequeño negocio en un barrio más tranquilo y empezar una nueva vida. No contaba con la astucia de la dueña del boliche, y menos con su ingenuidad.

Esa que la convirtió en presa fácil para el primer hombre que le habló de amor. La soledad y el abandono en que vivió hasta su adolescencia, más la imperiosa necesidad de ser amada, de sentir que era importante para alguien la hicieron creer en las palabras de cualquiera que quisiera aprovecharse de ella. Y no fué uno, ni dos, ni tres... Después del tercer fracaso, descubrió que el alcohol que bebía con los clientes para aumentar su comisión, era un excelente amigo fuera de su “horario de trabajo”. Y se fueron sumando los hombres a su colección de desengaños. Hasta que sólo el alcohol se quedó a su lado.

Ya no esperaba ser amada, había llegado a la conclusión de que el desamor y la soledad eran el castigo que Dios le imponía por el error cometido aquella Navidad, hace tantos años. Ahora se conformaba con encontrar un compañero, alguien con quien compartir algunos momentos de paz y felicidad. Una salida, un café, una charla una sonrisa o un programa de televisión. Pero no era así. La buscaban por el placer que su cuerpo les brindaba y una vez que eso terminaba, la trataban como si aún estuvieran con ella en el burdel y no en su hogar. Alguno se quedó más tiempo y eso la hizo fantasear con la idea de una pareja. Pero se dio cuenta de que ella, en realidad, era un buen negocio. Casa, comida y sexo gratis; más algunos dólares que le sacaban con el pretexto de enfermedades o un problema de familia.

No era éste el futuro que había imaginado cuando jugaba con sus amigas, paseando por la calle a su bebé de goma bien arropado en el carrito de madera. Soñaba con una casita blanca, pequeña pero luminosa. En el living sillones colmados de almohadones, como veía en la televisión y en la cocina una mesa redonda donde todas las noches cenarían en familia, entre charlas y sonrisas.
Tendría cuatro hijos, dos nenas y dos varones. El mayor se llamaría James, como su padre, el segundo Mike y serían chicos buenos y estudiosos. Las niñas, Allison y Samantha no tendrían su bocota de labios gruesos pero sí la piel canela de la abuela.

La estridente bocina de un camión la sacó de sus recuerdos. ¡Borracha! fue lo más suave que le gritó el conductor cuando pasó a su lado.

Suspirando, miró en derredor…

Era más tarde de lo que pensaba y el bodegón de la esquina acababa de cerrar. Dos gatos curioseaban junto a las alcantarillas esperando con paciencia a la presa que esta noche no habían cobrado. La miran expectantes, tal vez una mano cariñosa les dé un poco de comida, que los vuelva al momento en que tuvieron un hogar, cálido y feliz.

En la esquina, los semáforos cambian sus colores dando paso a los autos que no están. En la acera de enfrente se corre una cortina, abren la ventana y la cierran con premura. Un niño llora su letanía de hambre y un dulce susurro lo calma, haciéndolo callar. Se insinúa el cálido aroma del café. Comienza la faena cotidiana. Se acabó el silencio, se esfumó su reino de paz y soledad.

Ya llegó, sube a su departamento y se descalza. Ahora podrá descansar hasta la noche cuando, envuelta en la rutina, se acerque un paso más a su destino.


María del Rosario Márquez Bello
Rorry, la Charo


Buenos Aires, 4 de octubre de 2009

Derechos Reservados





12 comentarios:

  1. QUÉ MARAVILLA HA SIDO LLEGAR HASTA ACÁ ES un lujo leerte. Tienes estilo y una admirable calidad literaria, describes situaciones con una claridad inusitada con secuencias tan bien hilbanadas que me has permitido entrar a ese escenario tan conmovedor. Gracias por compartir tu talento. Te visitaré seguido. Un inmenso abrazo y aplausos para ti.

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  2. Bienvenida a mi blog!
    Gracias por tu comentario. Te cuento que a veces, tengo miedo de ser barroca y cansar, a quien me lee. Lo que escribiste me ayuda a pensar que no :-D
    Un abrazo agradecido

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  3. Rorry: yo estoy segura de haberte dejado mi comentario aquí y no está.

    Como ayer fue día de fantasmas en la net, por favor avisame si no llegó y te lo vuelvo a escribir.

    besote

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  4. Hola Susu
    No, no tengo ningun comentario tuyo :-(
    Lo espero con ansias...
    Un beso

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  5. HOLA AMIGA HE LLEGADO... NUNCA ES TARDE SI LA DICHA ES BUENA.

    Como ya sabrás tengo a mi amigo estropeado y hade tres días una de mis hijas me ha dejado su PC para que me arreglase de momento.

    Por eso no voy a editar en los dos blogs principales hasta que regrese, pero si atiendo el de regalos "Mis caricias del alma" para que no se atrasen y queden olvidados en el tiempo que no me agrada puesto que estoy poniendo un post casi diario.

    Dicho esto, me he llevado una sorpresa muy grata al encontrarme con tu presencia invitándome a pasar por tu casa y retirar el presente que me ofrecías, sin saberlo has conseguido que me emocionase, pensando que no nos conocíamos de antes y que sólo tenemos amigas en común.

    Paso a lo siguiente: termino de poner la entrada con tu regalo compartiendo espacio con otras dos amigas pero no mezclados y a su vez en la parte inferior he dejado otra entrada con un detalle para cada una de vosotras, no hay problema para diferenciarlos porque están dedicados a cada blog.

    Espero te agrade y sientas la misma alegría que recibí yo al saber de ti y el motivo de tu encuentro.

    En cuanto a los agradecimientos los he dejado expresados en el texto que acompaña el obsequio.

    Espero y deseo que siga fluyendo la comunicación entre ambos blogs a partir de ahora.

    Un abrazo de corazón y con el corazón.

    ¡¡Te quiere!! Y desea que tengas una feliz semana.

    María del Carmen.

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  6. queplcer inmenso leerte...eso sucede porque transmitis cn absolut claridad...no encontre la etiquet que mencionaste en mi blog,pero no interesa,lo que interes es el como te presentas con tus palabras...clap aplusos
    lidia-la ecriba
    www.deloquenosehabla.blogspot.com

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  7. Me encantó cómo describiste la calle en la noche, la pude ver.

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  8. no sé que pasa.
    volví a dejar el comentario aquí y no aparece. Ya leí la 3ra parte y dejé mi parecer.
    Esto lo pude hasta escenificar, imaginé las calles, las visualicé. No sé por qué me ubiqué en la vieja zona del Abasto y pensé que esta historia tan bien lograda por vos, seguramente será la historia de más de una persona que no pueden salir en búsqueda de un destino más prometedor.

    Amiga: eres una delicia relatando.

    besazos

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  9. María del Carmen
    ¡Gracias por tu regalo!
    Ya paso a buscarlo. Lo voy a pegar en la columna derecha para que no se borre con nuevos post y luego lo voy a ingresas a una pàgina que estoy armando para tener a todos mis regalos juntos...
    Besosss
    Rorry
    Y que pronto se cure tu pc :-)

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  10. Lidia
    ¡Gracias!!!! Espero que hayas podido leer el tercer y último capítulo de este cuento.
    Tambien tú tienes una forma muy particular e intesa de expresarte.
    Un beso
    Rorry

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  11. Cecilia
    Gracias. La visualidad es algo que recalcaban las dos únicas personas con las que hice Taller literario. El primero un amigo periodista de profesión y lo hacía con ejemplo tan contundente (titulado "La película interior") por medio del cual notabas lo importante que era hacer que el lector "viera" lo que narrabas (imaginate: yo le decía que era deformación profesional, jaja)y la segunda fue la escritora Alicia Steimberg, a cuyo taller concurrí por corto tiempo, que hablaba de la "Visualidad".
    Un abrazo

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  12. ¡Gracias SUSU!!!
    Tenés razón, puede ser el Abasto, o Barracas en la zona de las fabricas.
    Es triste su historia pues, con esa omnipotencia de los niños, ella se siente culpable de la tragedia y no puede superar la "culpa" que asume. Y si vida queda marcada por la búsqueda desesperada de "cariño", no amor, aunque no puede encontrar ninguno de los dos.
    Un beso grande
    Rorry
    ¿Sabés? Estoy teniendo algunos problemas con el blog y me parece que voy a emigrar a otro...
    Un beso
    Rorry

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